El leopardo de las nieves o irbis (Panthera uncia) es una especie de mamífero carnívoro de la familia Felidae propia de las montañas de Asia Central.
Viven en montañas remotas a altitudes de hasta 6000 m, motivo por el cual es poco lo que se sabe de ellos. Su pelo es gris, suave y extravagantemente denso, y tiene una cola también de longitud excepcional que enrolla alrededor del cuerpo para abrigarse.
Caza de día y ataca a todo tipo de animales salvajes, así como al ganado. Son a veces matados por granjeros, pero también cazados por su piel.
Se desconoce la cantidad de ejemplares que quedan en estado salvaje, aunque se estima que habrá apenas 5000 ejemplares; por lo tanto, se trata de una especie en peligro de extinción.
El período de gestación es de aproximadamente 100 días, teniendo normalmente dos cachorros, aunque puede tener un máximo de cinco crías. Se consideran adultos a los dos años.
El irbis es un predador muy fuerte, capaz de cazar animales que triplican su tamaño. Tiene uno de los saltos más largos entre los felinos. Está acostumbrado a caminar por montañas rocosas y aprovecha esto para camuflarse y así acechar a sus presas. Posee un instinto territorial muy fuerte, por lo que puede ser muy agresivo. Sus patas acolchadas por piel actúan como zapatos para la nieve, lo que le ayuda a caminar sobre ella con facilidad.
Incluye entre sus presas diversas especies tales como conejos, ardillas, cabras salvajes, venados, pájaros como el pinzón, chovas de montaña, tares del Himalaya, musarañas, marmotas, íbices siberianos y marjores. Con las bajas temperaturas la comida tarda en descomponerse, de manera que no es extraño que los leopardos de las nieves coman restos de animales que no han cazado.
Son, como la mayoría de las especies de su familia, animales solitarios, salvo en época de reproducción, cuando macho y hembra colaboran para cazar presas mucho más grandes que las usuales.