FIGURA BELUGA ( PAPO ) 56012
Longitud: 4,2 m (Adulto)
Clase: Mammalia
Masa Corporal: 1.400 kg (Adulto)
Familia: Monodontidae
Orden: Artiodactyla
Filo: Chordata
Longevidad
Según las primeras investigaciones se estimaba que la esperanza de vida de una beluga apenas superaba los treinta años. El método para calcular la edad se basaba en el conteo de las capas sucesivas de dentina y cemento que se depositan periódicamente, según se creía, entre una y dos veces por año. Estas capas son identificables, ya que alternan entre material denso de aspecto opaco y láminas transparentes de material menos denso. Teniendo en cuenta la frecuencia estimada con que ocurrían los depósitos, era posible extrapolar la edad del individuo de acuerdo al número de capas identificadas. Sin embargo, un estudio con radiocarbono de las capas de dentina publicado en 2006, demostró que el depósito de este material ocurre con menor frecuencia a lo estimado previamente y que usualmente la especie pueden superar los sesenta años de edad, e incluso llegar a los ochenta.
Tamaño
La especie presenta un dimorfismo sexual moderado; los machos son más largos que las hembras en un 25% y son más robustos. Los machos adultos miden entre 3,5 y 5,5 metros de longitud, mientras las hembras crecen entre los 3 y 4,1 metros. Los machos pesan entre 1100 y 1600 kg y las hembras tienen entre 700 y 1200 kg. Ambos sexos alcanzan el tamaño máximo a los diez años de edad. El cuerpo de las belugas es robusto y fusiforme (forma de cono con la punta hacia atrás), y con frecuencia tienen pliegues de grasa, especialmente a lo largo de la superficie ventral. Entre el 40 y 50% de su peso corporal es grasa; es un porcentaje alto en relación a las ballenas que no habitan en el Ártico, en las cuales la grasa representa solo el 30% de su peso. La grasa forma una capa que le cubre todo el cuerpo, a excepción de la cabeza; puede tener hasta quince centímetros de espesor y actúa como aislante en aguas con temperatura entre los 0 a 18 °C, además de ser una reserva importante durante periodos de ayuno.
Aletas
Los miembros anteriores, como en los demás cetáceos, son las aletas pectorales. Estas mantienen los vestigios óseos de sus ancestros mamíferos y están unidos firmemente entre sí por tejido conectivo. Las aletas son pequeñas en proporción al tamaño del cuerpo; son redondeadas, tienen forma de remo y están ligeramente rizadas en las puntas. Estas extremidades son muy versátiles y las usan principalmente como timón para dirigir su movimiento, para detenerse en sincronía con la aleta caudal y moverse con agilidad en aguas de uno a tres metros de profundidad. Las aletas también poseen un mecanismo para la regulación de la temperatura corporal, ya que las arterias que las irrigan están rodeadas por venas y estas se dilatan o contraen, según el caso, para mantener o perder calor. La aleta caudal es una estructura aplanada con dos lóbulos en forma de remo, carece de hueso y está compuesta de tejido conectivo, duro, denso y fibroso. En esta especie, esta aleta tiene una curvatura distintiva en el borde posterior. La musculatura longitudinal de la espalda es la encargada de proporcionar el movimiento ascendente y descendente de la aleta y de modo similar a las aletas pectorales posee un mecanismo termorregulador.
Las belugas tienen una cresta dorsal en lugar de una aleta dorsal. Se cree que este rasgo evolutivo es una adaptación para las condiciones bajo el hielo, o posiblemente una forma de preservar el calor. Esta cresta es dura y junto con su cabeza puede ser usada para abrirse paso por capas de hielo hasta de ocho centímetros de espesor.
Sentidos
Audición: las belugas tienen un sentido del oído muy especializado y la corteza auditiva se encuentra altamente desarrollada. Pueden escuchar sonidos dentro del rango de 1,2 a 120 kHz, con mayor sensibilidad entre los 10 a 75 kHz, cuando el rango de audición promedio para un humano es de 0,2 a 20 kHz. Probablemente, la mayoría de los sonidos son recibidos por la mandíbula inferior y trasmitidos hasta el oído medio. En los odontocetos el hueso mandibular inferior es ancho y posee una cavidad en la base, que se proyecta hasta el sitio donde se une con el cráneo. Dentro de esa pequeña cavidad, existe un depósito de grasa que apunta en dirección al oído medio. Adicionalmente posee un pequeño orificio auditivo externo a unos centímetros detrás de los ojos; cada orificio se comunica con un conducto auditivo externo y un tímpano. No se sabe si estos orificios son funcionales o son simplemente un vestigio.
Visión: son capaces de ver dentro y fuera del agua; sin embargo, al compararse con los delfines, la visión es relativamente pobre. Sus ojos están adaptados de forma particular para ver dentro del agua, pero al contacto con el aire el cristalino y la córnea se ajustan para corregir la miopía (el rango de visión dentro del agua es corto). La retina de este animal posee conos y bastones, lo cual indica que también pueden ver en la penumbra. La presencia de conos sugiere que pueden ver los colores; no obstante, esta suposición no se ha documentado. Unas glándulas en la esquina medial de las órbitas secretan una substancia gelatinosa y oleosa, que lubrican el ojo y lo limpian de cuerpos extraños. Esta substancia forma una película que protegería la córnea y la conjuntiva de organismos patógenos.
Tacto: estudios en animales cautivos indican que buscan el contacto físico frecuente con otras belugas.
Gusto: se han detectado áreas sensoriales en la boca de estos animales que pueden funcionar como quimiorreceptores para los sabores y se ha documentado que pueden detectar la presencia de sangre en el agua, ante lo cual reaccionan de inmediato y muestran comportamientos de alarma.
Olfato: como los demás odontocetos, carecen de lóbulos olfatorios en el cerebro y de nervios olfatorios, lo que sugiere que carecen de olfacción